Un lugar sin mundo


Aparcamos y nos dirigimos a un curso que estoy realizando en Pontevedra. A me acompañó hasta la puerta de la Facultad y me vino a buscar a la salida. Tomamos algo y volvimos por el mismo camino hasta el coche.
-Oh, mira (le dije al ver el cartelito en el suelo)
- Ya (contestó A sin mirarme).
- Lo has hecho tu ¿eh?
-Tal vez (cuando dice eso significa un si)
-Este perro lleva aquí varios días, ¿no? .Pregunté
-Pues si, la semana pasada cuando fuimos por aqui ya estaba en el mismo sitio, en medio de la acera.
-No me había dado cuenta.
-Yo llevaba toda la semana pensando en él .
No volvimos a dirigirnos la palabra. Llegamos al coche y por decir algo le comenté:
-Pues me gusta esa obra.
-Pues a mi me duele hacerla, deseo que deje de ser obra, quisiera no darme cuenta de la mitad de las cosas que veo.
No volvimos a decirnos nada durante todo el viaje...

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